martes, 10 de noviembre de 2009

Técnicas express de relajación:


Aprendiendo a relajarse
  • Siéntese en silencio en una posición lo más cómoda (o) posible, con la espalda recta y los pies en el suelo, respire profundo con los ojos cerrados. Relaje los músculos uno por uno.
  • Imagínese que está en un lugar tranquilo, apacible, sintiéndose completamente relajada (o) y sin preocupaciones.
  • Quédese un momento en ese lugar apacible.
  • Respire profundamente… sienta como el aire entra… y como sale…
  • Puede combinar esta técnica con la técnica 3, imaginar una situación que le produzca ansiedad, desde este estado de relajación y así controlar la ansiedad, de a poco.

Preparación y practica
  • Si la situación que nos pone tensos requiere una habilidad especifica, un tipo de comportamiento, o conocimiento, esta técnica generalmente ayuda. Consiste solo en practicar, preparase, ensayar, estudiar; así disminuirá la ansiedad porque uno (a) se siente más seguro (a) de su desempeño.

Imaginarse la situación
  • Los pasos son:
    • Imagínese la situación.
    • Practique mentalmente lo que dirá o hará y como enfrentara las posibles cosas que sucedan.
Hacer estos dos pasos una y otra vez hasta sentirse más relajado (a) y confiado (a).
Esto puede combinarse con la técnica 1.

Respiración profunda:

  • Paso 1: inspira profundamente contando hasta cuatro
  • Paso 2: retén el aire contando hasta cuatro
  • Paso 3: expira contando hasta cuatro

Pensamiento positivo:

  • Paso 1: cuando se sorprenda pensando negativamente, dígase PARE y fíjese en los aspectos positivos de la situación
  • Paso 2: reemplace los YO NO PUEDO por YO PUEDO o YO LO HARE
Aunque cada una de las técnicas para aliviar la ansiedad funciona por si misma, lo mejor es combinarlas y usarlas juntas.

El Mobbing: diferencias y similitudes conceptuales


  • Mobbing y Bullying:

Estos dos conceptos son similares, sin embargo el uso del termino Bullying es aplicado a instituciones Educacionales. Podemos ver que ambos son acciones negativas, repetidas y persistentes en el tiempo, se dirigen hacia un sujeto vulnerable con intención de intimidarlo y la víctima se muestra sin recursos para afrontar la agresión.
En cambio el Bullying involucra comportamientos agresivos y subraya el abuso de poder y en el Bullying el acosador es por Justificar a ambos ladoslo general una persona, mientras que en el Mobbing el acosador puede ser un grupo de sujetos

  • Mobbing y Acoso Sexual:
Suele existir cierta confusión entre los conceptos ya que ambos ocurren en ámbitos organizacionales. En ambos se trata de una manifestación de una conducta abusiva que atentan contra la personalidad, la dignidad o la integridad psíquica del individuo y ponen en peligro su empleo y el clima laboral se ve afectado y las víctimas presentan dificultades al momento de defenderse, denunciar el hecho o encontrar testigos.
Mientras que el acoso sexual es cualquier conducta de naturaleza sexual u otro comportamiento basado en el sexo que afecte la dignidad de las personas, además, es un comportamiento no deseado por la víctima, esta integrado a la dinámica laboral y crea un entorno hostil, intimidatorio y humillante; por otra parte el Mobbing busca la humillación de la persona teniendo como consecuencia el abandono del trabajo mientras que el acoso sexual tiene un fin netamente sexual aun cuando la persona también se sienta humillada.

  • Mobbing y Violencia Psicológica:
Los dos fenómenos en ocasiones tienen como fin la salida de la persona de la organización
Es repetitiva y prolongada en el tiempo, sin embargo La violencia psicológica es más genérica que el concepto de Mobbing ya que la violencia psicológica va desde un insulto hasta amenazas de perdidas de empleo y además, está conformada por una serie de actos violentos sin violencia física

Consecuencias Del Mobbing o Acoso Psicológico


Según León J., (2009) las consecuencias del Mobbing se pueden observar en múltiples ámbitos, entre estos figuran:
  • A nivel psicológico: nos encontramos con: ansiedad, sentimientos de impotencia fracaso y frustración, baja autoestima, Distorsiones cognitivas, Problemas para concentrarse y dirigir la atención, Comportamientos sustitutivos como drogodependencias y otros tipos de adicciones, Cuadros depresivos, Trastornos paranóides, Conductas suicidas entre otras.
  • A nivel físico: nos encontramos con problemas como Dolores, Trastornos funcionales, Trastornos orgánicos e incluso trastornos alimentarios.
  • A nivel social: encontramos problemas como Susceptibilidad e hipersensibilidad a las críticas, Desconfianza, Conductas de aislamiento, evitación y retraimientos, Agresividad, hostilidad, ira, rencor, Deseos de venganza, Pérdida de apoyo social. En la medida en que la persona sea capaz de mantener sus redes de apoyo, su salud se verá menos afectada, Abandono de la organización. A veces, la situación del mercado laboral o la edad de la víctima contribuyen a que permanezca en el puesto de trabajo, por lo que su salud se verá más deteriorada, Susceptibilidad e hipersensibilidad a las críticas, Desconfianza, Conductas de aislamiento, evitación y retraimientos, abandono de la organización ya que a veces la situación del mercado laboral o la edad de la víctima contribuyen a que permanezca en el puesto de trabajo , por lo que su salud termina viéndose mas deteriorada entre otras.
  • A nivel organizacional: se ve afectado: El desarrollo del trabajo (cantidad y calidad), El trabajo en grupo, Los circuitos de información y comunicación, Aumento de absentismo, Pérdida de fuerza en el trabajo, El clima social, en la medida en que no se establecen relaciones interpersonales positivas, se pierde cohesión y colaboración entre los empleados, El número de accidentes laborales: existe una relación entre el clima laboral y el incremento de accidentes de trabajo (negligencias, descuidos, accidentes voluntarios), entre otros.
  • A nivel familiar y social: Tener a una persona en casa que está amargada, desmotivada, con algún trastorno psiquiátrico o con alguna adicción.
  • A nivel de la comunidad: produce un impacto económico debido a la baja productividad, costes de asistencia por enfermedad, pensiones por invalidez permanente, etc.
Sin duda, estas consecuencias van a tener repercusiones sobre la salud física y psicológica de la víctima, así como sobre su esfera social y desarrollo profesional.

Causas o factores predisponentes al Mobbing o Acoso Psicológico Laboral


Por lo general este fenómeno se da en organizaciones de carácter burocrático y/o muy jerarquizadas. En vista a lo explicitado anteriormente este comienza con un conflicto que va en escalada aunque en muchas ocasiones según Leymann (1996) este conflicto es absorbido por la dinámica del grupo y cuando esto sucede:
“La implicación organizacional, tanto en el diagnóstico como en la intervención necesaria, debe ser tenida en cuenta para una aproximación integral del fenómeno, y sobre todo desde un enfoque psicosocial del mismo si por tal entendemos aquel que se centra en unidades orgánicas constituidas por diferentes partes interrelacionadas y con mutua dependencia” (Quijano, 1992, citado en Montalban, 2003)
Avragues y León (2004) mencionan dos teorías que explican la conducta de hostigamiento psicológico: El modelo de vulnerabilidad – estrés y la Teoría del Conflicto.
Según el Modelo de Vulnerabilidad – Estrés, se observa que ciertas predisposiciones biológicas y factores adquiridos provocan un terreno premórbido vulnerable. Es por eso que la sobre – exigencia en ciertas personas provocan episodios de estrés y de esta forma tienden a atribuir a los demás la causa de los propios problemas y la emitir comportamiento de hostilidad. Además, personas con trastornos psicosomáticos, responden con estrés con mayor frecuencia e intensidad que las que tiene mejores estrategias de afrontamiento, además les es más difícil expresar sus emociones, dirigiendo la energía de esos sentimientos a sí mismos, como autoagresión, autorrestricción y conducta autosacrificada, perfeccionistas, cuidadosos y en extremo amables.
“En el estudio de los efectos de las condiciones de trabajo en la salud de las personas, siempre el sector empresarial aduce –como una forma de postergar o poner en duda dichos efectos- si son efectivamente las condiciones de trabajo las causantes de estas alteraciones o bien factores individuales que cada trabajador(a) porta como condición preexistente o incluso si no se deben a factores extralaborales, como la familia, vivienda, entorno y otros”. (Reynaldos C., 2007)
La personalidad se podría definir como el conjunto de procesos cognitivos, afectivos y conductuales característicos de un individuo, estables en el tiempo.
Algunas características de personalidad, parecen hacer más vulnerables a algunas personas, frente a presiones del medio, al tipo de trabajo, las tareas, el entorno físico y humano. Entre estas características de personalidad, podemos identificar las correspondientes a la genética (temperamento) y las desarrolladas o aprendidas en la vida (carácter).
Existen 5 factores de personalidad, que nos pueden ayudar a “clasificar” a las personas (Brody y Erhlichman, 2000):
  • Apertura a la experiencia: Suelen ser persona imaginativas, curiosas que disfrutan de la variedad y se interesan por lo intelectual y artístico.
  • Responsabilidad: Personas organizadas, cuidadosas, meticulosas
  • Extroversión: Personas sociables, con gran energía y asertivas.
  • Amabilidad: Sujetos cariñosos, confiables y amables.
  • Neuroticismo: Sujetos ansiosos, emocionales, autocompasivas y autoconscientes.
En relación a lo revisado, se puede descubrir que, rasgos de personalidad preexistentes, son reforzados por la propia actividad laboral, llegando a una gran sintonía entre sus características internas y lo que le ofrece a la persona su actividad laboral.
Ahora bien, según la Teoría del Conflicto, el proceso de Mobbing empieza cuando una de las partes percibe que ha sido afectada de forma negativa por la otra.
Según estas dos teorías es posible considerar al Mobbing como un producto tanto de factores situacionales como de rasgos psicopáticos del acosador que inician la dinámica de hostigamiento y estigmatización, así como ciertos rasgos de la personalidad del acosado o de la víctima que predisponen a ser tanto foco como objeto de hostigamiento.
Otra teoría que puede explicar el inicio del Mobbing es la relación de los factores psicosociales y los daños a la salud que estos podrían provocar.
La salud laboral, estudia las influencias internas y externas que afectan el rendimiento del trabajador, su rendimiento, motivación y satisfacción en el trabajo, a la vez que influyen en la salud física y mental.
Existen tres modelos explicativos para relacionar los factores psicosociales y daños a la salud. (Pando y cols. 2006):
  • Los que se centran en las condiciones resultantes de las interacciones entre los trabajadores y la organización administrativa del trabajo
  • Los centrados en el paradigma del estrés de modo que los factores psicosociales sería los estresores
  • Los que se centran en un enfoque histórico y macro social en el que está inserto el proceso productivo, con un reflejo a nivel individual y grupal.
A la vez, Padilla y cols. Identifican 4 factores que pueden influir en el bienestar y daños a la salud de los trabajadores:
  • Un trabajo de vigilancia constante en condiciones de amenaza o evitación
  • Esfuerzo del trabajo, sintiéndolo como muy demandante y con escaso control
  • Desequilibrio entre esfuerzo invertido y recompensa
  • Soporte social negativo (compañeros y jefes)
El modelo de la Adecuación persona - medio ambiente de Edwards y Cooper, sugiere que los daños a la salud son producto de la falta de integración entre requerimientos o demandas del trabajo y la capacidad real o percibida del trabajador para hacerles frente. (Padilla y cols.)
El Locus de Control, es una característica de la personalidad que refleja una creencia general, de que las experiencias de vida están regidas por acciones y decisiones propias (Locus de control Interno) o por influencia externa (Locus de control Externo). Las personas con LCI, sienten que pueden controlar.
Hechos de la vida y sus esfuerzos. Los sujetos con LCE, no tienen la creencia de controlar hechos y los refuerzos, los evalúan como externos y al azar. Existiría así, una relación positiva, entre LCE y malas condiciones de salud física y mental, mayor agotamiento psíquico, insatisfacción en el trabajo, estrés y baja autoestima. (Pando y Salazar).
Un estudio (Calabrese, 2006) realizado en Colombia a anestesiólogos, determinó que los factores que influyen en la predisposición de estos profesionales a sufrir estrés son, los Factores Personales y los Factores profesionales.
El mismo autor, señala que el estrés sufrido por los profesionales, tiene impacto en diversas áreas tales como la Salud, la Familia y el ámbito Laboral.
Brent, Ashalom y Terrie (2003) (citados en Meseguer M. et. al., 2007), encontraron que el uso de una gran variedad de habilidades en el trabajo, se relacionó con aumento de la estabilidad emocional y significancia en las tareas, en la posibilidad de percibir el impacto de su trabajo en la vida de los otros. Específicamente en las mujeres, su participación y éxito en lo laboral, se asoció con un aumento en la dominancia social y en su nivel de toma de conciencia.
Ya que en una de las tres teorías anteriores se mencionó la relación de ciertos rasgos de la personalidad con el Mobbing es conveniente hacer una caracterización de una mayor profundidad para aclarar bien la tipología de estas personalidades que entran en juego en la dinámica del Acoso Psicológico Laboral.

Fases del Mobbing


Dentro de otra definición del Mobbing entregada por Leymann (1996) encontramos una definición de las etapas de este fenómeno.
  • Fase de Incidentes Críticos: Se producen por la diferencia de intereses y objetivos contrapuestos. En esta fase surgen roces, diferencias de opinión y es acá donde surge el acoso. En ocasiones el lapso de tiempo que se produce entre el problema y acoso puede ser muy corto. Y es a partir de esta fase que se diagnostica el Mobbing. Hay que considerar que la causa del conflicto no siempre se da de forma natural y espontánea, sino que en ocasiones esta causa puede ser creada con un propósito en particular.
  • Fase de Estigmatización: En este periodo se pone en práctica la estrategia de acoso de forma sistemática con el fin de ridiculizar y apartar socialmente a la víctima. El acosador busca apoyo entre los demás compañeros desacreditando al acosado y tomando represalias para quienes no se unen a su acoso. La víctima se siente culpable. Es una fase muy duradera y termina con el daño psicológico de víctima. Si la víctima no cuenta con redes de apoyo o con instancias para aclarar la situación se pasa a la fase siguiente.
  • Fase de administración del Personal: El problema ha trascendido hasta la dirección de la empresa y esta puede actuar a través del departamento de recursos humanos o desde la dirección del personal. Acá se puede encontrar para la víctima:
    • Una solución positiva del conflicto en donde la empresa u organización se comprometa con realizar una investigación exhaustiva y se decida que el acosador o el acosado sea cambiado de puesto de trabajo sin traer consecuencias económicas negativas, se puede producir una sanción para el acosador y de esta forma evitar que se produzca la situación nuevamente, o
    • Solución negativa del conflicto que por lo general se llega a esta sin una investigación pertinente al caso, se ve a la víctima como el problema a combatir sin reparar en que el origen del problema esta en otra parte. De esta forma la organización pasa a sumarse al entorno acosador.
  • Fase de expulsión: En esta fase se produce el abandono de la víctima de su puesto de trabajo. Acá se exacerban los acosos llegando a ejercerlo subalternos a la víctima. La víctima es situada en el lugar mas incomodo posible y le dan tareas que sean realmente desagradables e incluso se le llega a culpar por los inconvenientes de la empresa y la organización. En casos extremos el suicidio es una de las soluciones al problema.

Tipos o modalidades de Mobbing o Acoso Psicológico Laboral


Según Muñoz y Vidal (2003) se han diferenciado tres modalidades de Mobbing las cuales dependen de la relación jerárquica que tienen las víctimas con sus agresores. Estas tres modalidades se conocen como: 1) Mobbing Descendente, 2) Mobbing Ascendente y 3) Mobbing Horizontal.
  • El Mobbing Descendente suele ser el tipo de acoso más habitual ya que la característica central es el hecho de que la persona que ejerce poder lo hace a través de desprecios, acusaciones falsas y en ocasiones insultos que producen una repercusión negativa en el ámbito psicológico del trabajador acosado, por lo general esto le impide destacar frente a sus subordinados y de esta forma mantener su posición dentro de la jerarquía laboral. El resultado de este tipo de acoso es que la persona afectada abandone su puesto de trabajo de forma voluntaria sin proceder a un despido legar evitando costos económicos para la empresa o la institución. Muchas veces este tipo de acoso es una estrategia empresarial para deshacerse del personal sin incurrir en gastos. Según Piñuel (2006) por esto la mayoría de los trabajadores que sufren de este tipo de acoso lo reciben por parte de su jefe directo y en menor medida por otros jefes.
  • El Mobbing Horizontal se refiere al acoso sufrido por parte de un compañero de trabajo que se encuentra en el mismo nivel jerárquico dentro de la institución, aunque es posible que el agresor cuente con una jerarquía mas bien de tipo social que valide una supuesta posición superior a la del agredido. Por lo general este acoso es producido por problemas personales y de convivencia dentro del espacio de trabajo o por la falta de aceptación de pautas de funcionamiento que son aceptadas por el resto de los compañeros de trabajo. Otro de los motivos para este tipo de acoso es la existencia de personas consideradas como débiles y/o distintas dentro del grupo. Según Piñuel (2006) este seria el segundo tipo de acoso más común.
  • El Mobbing Ascendente es el que ejercen uno o varios subordinados sobre una persona que posee un rango jerárquico superior dentro de alguna organización. Por lo general se produce cuando se incorpora a la organización alguien con un mayor grado y no es aceptado por los trabajadores que están bajo su dirección. También puede darse en el momento en que un compañero de trabajo es ascendido y se le otorga la posibilidad de organizar y dirigir a los antiguos compañeros de trabajo sobretodo cuando este comienza a mostrar comportamientos autoritarios hacia sus inferiores. Este tipo de Mobbing según Piñuel es uno de los menos comunes.
  • De acuerdo a Hirigoyen (1999) estas modalidades compartirían la negación de la comunicación.

Antecedentes Históricos Y Definición Del Mobbing


Tal como se mencionó, el Mobbing es una situación relativa en la relación de trabajo que puede desencadenar estrés y otras patologías derivadas.
El término Mobbing proviene del verbo ingles “to mob” el cual significa “acosar, atacar o perseguir en grupo a alguien”, según Bloch, (1996), corresponde a un comportamiento característico de ciertas especies generalmente inofensivas hacia alguno de sus predadores habituales, a través de gritos de acoso. Según esto serían las consecuencias de este proceso las que enfermarían psicológicamente a las personas (Parés, 2005)
El estudio del Mobbing nace de las investigaciones de los animales que fueron realizadas por el etólogo Konrad Lorenz, al describir el comportamiento de los animales. Según Leymann (1996) “Lorenz llamó Mobbing a los ataques de un grupo de animales menores que amenazan a un animal más grande que era único y solo” fue este mismo autor quien comenzó a utilizar el término Mobbing en los ´80 cuando descubrió un comportamiento similar al descrito por Lorenz en los lugares de trabajos.
Fue así como definió al Mobbing como:
“Comunicación no ética y hostil dirigida de modo sistemático por una o más personas, principalmente hacia un único individuo, quien debido a esto es puesto en una situación de indefensión, a base de acciones hostiles sistemáticas y persistentes que deben ocurrir frecuentemente (al menos una vez por semana), y por un periodo de tiempo prolongado (al menos seis meses)”
Según este mismo autor como el Mobbing es dado a través de comportamientos interactivos por un periodo largo y de forma sistemática, es posible diferencia a través del curso del proceso del Mobbing cinco categorías de acuerdo a los afectos que estos comportamientos tienen:
  • Sobre las posibilidades de la víctima para comunicarse adecuadamente (se le priva de la posibilidad de comunicarse; se le silencia; se le ataca y amenaza verbalmente)
  • Sobre la posibilidad de la víctima para mantener contactos sociales (los colegas no le hablan; se le aísla físicamente de los otros)
  • Sobre las posibilidades de la víctima para mantener su reputación personal (se le ridiculiza a través de burlas, racismo, exclusión, etc.)
  • Sobre la situación laboral de la víctima (no se le dan tareas y se le asignan actividades sin importancia)
  • Sobre la salud física de las víctimas (asignación de tareas peligrosas en el trabajo; amenazas o ataques físicos, también puede suceder acoso sexual de forma activa, etc.)
Para Iñaqui Piñuel (2001), investigador pionero de este fenómeno social en España el Mobbing es entendido como:
“El continuado y deliberado maltrato verbal y modal que recibe un trabajador por parte de otro u otros, que se comportan con el cruelmente con el objeto de lograr su aniquilación o destrucción psicológica y a obtener su salida de la organización a través de diferentes procedimientos legales, ilícitos o ajenos a un trato respetuoso o humillatorio y que atentan contra la dignidad del trabajador. El Mobbing tiene como objeto intimidar, apocar, reducir, aplanar, amedrentar y consumir emocional e intelectualmente a la víctima, con vistas a eliminarla de la organización o satisfacer la necesidad insaciable de agredir, controlar y destruir que suele presentar el hostigador, que aprovecha la ocasión que le brinda la situación organizativa particular (reorganización, reducción de costes, burocratización, cambios vertiginosos, etc.) para canalizar una serie de impulsos y tendencias psicopáticas” (Piñuel, op.cit).
Ahora bien si consideramos la definición que fue entregada por el congreso de diputados de España, el Mobbing sería “toda conducta no deseada que atente contra la dignidad de una persona, creando un entorno intimidatorio, humillante y ofensivo”
Según Hirigoyen el Mobbing es:
“Cualquier manifestación de una conducta abusiva, y especialmente los comportamientos, palabras actos, gestos y escritos que puedan atentar contra la personalidad, la dignidad o la integridad física o psíquica de un individuo, o que puedan poner en peligro su empleo, o degradar el clima de trabajo” (Hirigoyen citado de Boada, J. et al., 1999)
De hecho según lo observado en Ovejero (2006) es más probable que el acoso psicológico en el trabajo se de en aquellas situaciones caracterizadas por estos tres rasgos:
  • Privacidad o lejanía del control público o del estado de derecho: cuanto menor sea la relación de una organización con el exterior a ella y con otras organizaciones superiores, más probable será el acoso.
  • Clausura o restricción de las posibilidades de abandono del escenario: cuanto más difícil le sea al individuo, por los motivos que sea, abandonar la organizaci6n más son las posibilidades de que haya acoso y, sobre todo, más probable será que ese acoso sea más persistente y tenga consecuencias más perversas. Por eso, suele darse más a menudo en las Administraciones Públicas: mientras que en la empresa privada.
  • Inestabilidad o ambigüedad de la cultura de autocontrol de la conducta social: cuanto mayor sea la ambigüedad sobre quien debe controlar la conducta social y hasta ética en una organización, más probable será la conducta de acoso.
En resumen, de todas las definiciones revisadas podemos concluir que el Mobbing es:
  • Un fenómeno que se da a nivel organizacional
  • Que en ocasiones esta motivado por un beneficio para la empresa
  • Puede ser grupal o individual
  • Y afecta a la persona de forma física y psicológica
  • A través de hostigamiento y ataques verbales y físicos.

Efectos De Los Factores De Riesgo Psicosociales


Los efectos de los factores de riesgo psicosocial son diversos y dependen de las características de las personas, de la apreciación de la situación y de los mecanismos de resistencia, así como de las características mismas del factor de riesgo. En general se pueden identificar dos tipos de respuestas ante los factores psicosociales (Villalobos, 2004):
  • Las respuestas de acomodación pasiva, que conducen a una reducción del interés por participar y cambiar la realidad, sumiendo al individuo en un ciclo de empobrecimiento personal que limita su capacidad de lucha.
  • Las respuestas de estrés, que tienen componentes subjetivos, fisiológicos y motores.
Por otra parte, según lo expone Martínez (2001), el estrés puede producir enfermedad a través de dos vías: estados afectivos negativos (ansiedad, depresión), consecuencia del estrés mismo, que actúan mediante procesos biológicos hormonales o conductas de riesgo. Y mediante respuestas de afrontamiento que pueden llevar a conductas de riesgo (como fumar, ingerir alcohol) y a respuestas biológicas hormonales. De otra parte, el estrés puede convertirse en generador de conductas de enfermedad por el aumento de activación que origina, a través de la interpretación que la persona con estrés hace de sensaciones que no tienen nada que ver con los síntomas. Finalmente, el estrés podría conducir a la persona a diversos comportamientos en relación con el proceso de enfermedad, tales como consultas médicas repetidas.
En relación al Mobbing, según Piñuel (2002) (citado de Ovejero, A. 2006) las secuelas que deja el Mobbing son tan serias que:
“Un trabajador que ha sufrido acoso psicológico en el trabajo durante un tiempo presenta una serie de síntomas parecidos a los del denominado Síndrome de Estrés Postraumático (SEPT), característico en las víctimas de asaltos, catástrofes naturales (terremotos, inundaciones), accidentes aéreos, bombardeos, violaciones, etc.”.
Sin embargo se les considera peores a estas ya que:
“Se añade el hecho de que, así como las víctimas de todas esas situaciones sufren un único suceso traumático aislado que no suele volver a darse más veces, las víctimas del Psicoterror laboral experimentan repetidos y persistentes ataques, amenazas, burlas, etc., con la sensaci6n de "estar siempre a tiro" del acosador y de no tener vía de escape, salvo la de marcharse del trabajo, cosa que hacen a menudo” (Ovejero, op. cit.).

Tipos de Factores de Riesgos Psicosociales


Las repercusiones para la salud de los factores de riesgos psicosociales (como el Mobbing) pueden ser muy variadas, destacando el estrés como el mayor productor de estos, el cual propicia el surgimiento de fenómenos como el síndrome del burnout, ausentismo laboral, disminución en la producción y/o entrega de servicios de menor calidad, entre otros.
Respecto a este tema, según lo expone Meseguer y cols (2007), existe cierto acuerdo en la investigación en señalar que el Mobbing no es un constructo único, sino que es un «paraguas» que recoge diferentes formas de violencia.
Los factores de riesgo psicosocial pueden presentarse de múltiples formas, (Aguayo y Lama 1996, citado por Villalobos 1999):
  • Factores de riesgo que producen efectos agudos y que se caracterizan porque tienen un tiempo de exposición corto, escasa frecuencia de ocurrencia y alta intensidad.
  • Factores de riesgo que producen efectos crónicos, que se caracterizan porque tienen alta frecuencia de ocurrencia, tiempo de exposición e intensidad variables.
  • Condiciones cotidianas que, aunque generan efectos de estrés leves, no pueden considerarse como factores de riesgo psicosocial, porque a pesar de presentarse con alta frecuencia, el tiempo de exposición y la intensidad son bajas.
Por otra parte, y según lo expuesto por Sauter, Hurrell, Murphy y Levi los principales factores situacionales que dan lugar a “desajustes” pueden clasificarse de la siguiente manera:
  • Sobrecarga cuantitativa. Demasiado que hacer, presión de tiempo y flujo de trabajo repetitivo. Son en buena medida las características típicas de la tecnología de producción en serie y del trabajo de oficina basado en la rutina.
  • Insuficiente carga cualitativa. Contenido demasiado limitado y monocorde, falta de variación en el estímulo, falta de demandas a la creatividad o a la solución de problemas, y escasas oportunidades de interacción social. Parece que estos trabajos se van haciendo más frecuentes con una automatización que no se ha diseñado de manera óptima y con un mayor empleo de los ordenadores tanto en las oficinas como en los procesos de fabricación, aunque es posible que haya casos de lo contrario.
  • Conflictos de roles. Todo el mundo tiene asignados varios roles a la vez. Somos los superiores de unos y los subordinados de otros. Somos hijos, padres, cónyuges, amigos y miembros de clubes o sindicatos. Es fácil que surjan conflictos entre nuestros diversos papeles, y esos conflictos suelen propiciar la aparición del estrés, como ocurre, por ejemplo, cuando las exigencias del trabajo chocan con las de un progenitor o hijo enfermo o cuando un supervisor se encuentra dividido entre la lealtad a sus superiores y la lealtad a sus compañeros y subordinados.
  • Falta de control sobre la situación personal. Es otra persona la que decide qué es lo que hay que hacer, cuándo y cómo; es lo que sucede, por ejemplo, en relación con el ritmo y los métodos de trabajo, cuando el trabajador carece de influencia, de control, de voz. O cuando hay incertidumbre o no existe una estructura evidente en la situación laboral.
  • Falta de apoyo social en casa y por parte del jefe o de los compañeros de trabajo.
  • Estresores físicos. Estos factores pueden influir en el trabajador tanto física como químicamente; basta con recordar los efectos directos que tienen sobre el cerebro los disolventes orgánicos. Es posible también que efectos psicosociales secundarios tengan su origen en la molestia que producen olores, luces deslumbrantes, ruidos, temperaturas o grados de humedad extremos, etc. Esos efectos pueden derivarse asimismo de que el trabajador es consciente de que está expuesto a peligros químicos que ponen en riesgo su vida o a riesgos de accidente, o los sospecha o los teme.

Riesgos Psicosociales En El Trabajo


La evolución de la actividad laboral ha traído consigo una mejora de la calidad de vida de los trabajadores, pero además es también responsable de una serie de efectos negativos en la salud de estos. Desde la perspectiva psicosocial, los riesgos a los que están expuestos los trabajadores en el transcurso de una jornada laboral, tienen su origen en el terreno de la organización del trabajo, y aunque sus consecuencias no son tan evidentes, no por ello son menos reales. Éstos se presentan como ausentismo, estrés, ansiedad, etc. (Lahera y Góngora, 2002)
Como lo exponen Lahera y Góngora (op. cit.) se puede definir a los riesgos psicosociales en el trabajo como:
“Aquellas condiciones que se encuentran presentes en una situación laboral, y que están directamente relacionados con la organización, el contenido del trabajo y la realización de la tarea, y que se presentan con la capacidad de afectar, tanto el desarrollo del trabajo, como a la salud (física, psíquica o social) del trabajador”. Villalobos (1997)
También plantea que los factores de riesgo psicosocial pueden entenderse como la:
“Condición o condiciones del individuo, del medio extralaboral o del medio laboral, que bajo determinadas condiciones de intensidad y tiempo de exposición generan efectos negativos en el trabajador o trabajadores, en la organización y en los grupos y, por último, producen estrés, el cual tiene efectos a nivel emocional, cognoscitivo, del comportamiento social, laboral y fisiológico”.
En la misma línea de la definición anterior, el “modelo dinámico de factores de riesgo psicosocial” contempla sus componentes agrupados en “fuentes de riesgo”, de los cuales se derivan subfuentes que a su vez dan origen a los factores de riesgo. Las fuentes se describen como condiciones propias del trabajo, del individuo o del entorno. Los factores de riesgo se describen como una condición lesiva que tiene su origen en las distintas fuentes (Villalobos 1997).

Buena Comunicacion


Para lograr una buena comunicacion se debe:
  • Enviar el mismo mensaje tanto de forma verbal como no verbal: es importante ver que lo que se diga con palabras sea lo mismo que lo que se dice con los gestos. Es por eso que debemos tener conciencia de nuestro tono de voz, los gestos, la postura corporal para evitar malos entendidos
  • Ser especifico y directo: es importante el decir las cosas de forma simple y sin rodeos. Si se dice lo que realmente se quiere decir, la otra persona no tendrá que adivinar y no habrán malos entendidos
  • Hacer preguntas: esto se puede hacer ya sea cuando se envíe el mensaje y cuando se recibe en especial cuando se esta pidiendo que alguien haga algo o cuando se nos pide hacer algo.
  • Parafrasear: esto es para asegurarse que el mensaje sea claro y consiste en decir lo mismo pero con otras palabras.
Otro componente de la buena comunicacion es la empatía

  • Empatía es la capacidad de poder experimentar la realidad subjetiva de otro individuo sin perder de perspectiva tu propio arco de la realidad, con la finalidad de poder guiar al otro a que pueda experimentar sus sentimientos de una forma completa e inmediata.
  • La empatía es la capacidad que tiene una persona para ponerse en el lugar de otro y compartir sus sentimientos, normalmente de pena.
  • La empatía es fundamental en la comunicación humana. La palabra comunicación deriva de común, lo que tenemos en común. Por lo tanto, empatía es la capacidad de ver cada vez más aspectos positivos del otro, tener más aspectos en común.
  • Empatía es ponerse en el lugar del otro sin perder la propia identidad.
  • Empatía es la capacidad que tiene el ser humano para conectarse a otra persona y responder adecuadamente a las necesidades del otro, a compartir sus sentimientos, e ideas de tal manera que logra que el otro se sienta muy bien con el.

Buen Trato y Convivencia Escolar


Es así como la importancia del Buen Trato en convivencia escolar radica en la forma en que entendemos este concepto ya que si la vemos como “Una red de relaciones sociales, que se desarrollan en un tiempo espacio determinado, que tiene un sentido y/o propósito y que convoca a los distintos actores que participan en ella a ser capaces de cooperar, es decir, operar en conjunto y acompañarse en la construcción de relaciones y vínculos entre sus miembros que se configura como un espacio relacional de cooperación y crecimiento y se construye y reconstruye en la vida cotidiana” (MINEDUC, 2004), es una invitación permanente a trabajar con el fin de crear ambientes nutritivos que faciliten las relaciones basadas en buen trato y de esta forma se espera que disminuya el desgaste de los profesionales y de enfermedades laborales. También ayuda a que se fomente la sanidad mental y emocional potenciando la autoestima y la aceptación, porque mejora la calidad de la educación, aumenta el sentido de pertenencia con la institución, permite la entrega de una educación social y valórica, una orientación en temas importantes, la creación de vínculos sociales positivos, y el replicar ambientes relacionales en donde se prueben las capacidades y se creen oportunidades para los todos quienes conforman la comunidad educativa.
En vista de todos los antecedentes recogidos y en especial según Montes y Montoya (2003), es posible decir que para fomentar el buen trato es necesario:
  1. Promocionar al amor como la base de la vida: para esto es importante tener como lema “todo por amor, nada por la fuerza” ya que a todos nos gusta que nos amen y nos confíen en nosotros. De esa unión afectiva con otras personas, los humanos tomamos fuerza para vivir, gozar la vida y hacer que otros también la disfruten.
  2. Conocer al niño o adolescente: Querer a una persona, sea niño o adulto, es conocerlo. Saber qué le gusta y qué le disgusta, indagar, observar y conversar para conocer profundamente. Interesarse en lo que le gusta, preocuparse por él cuando algo le molesta o entristece. Compartir momentos donde el o ella dirija la actividad, jugando a que también, somos niños y que él o ella son los adultos.
  3. Comunicarse: es importante tener una actitud de diálogo y escucha no sólo verbal si no también aprender a escuchar los mensajes no verbales que nos dan. No limitarse a dar órdenes o corregir, tomar el tiempo y el espacio para intercambiar ideas y potenciar opiniones, saber aceptar sugerencias y logrará que los/as niños/as participen de su educación.
  4. Respetar a los niños y adolescentes: de esta forma permitimos que los niños(as) y adolescentes se sientan reconocidos/as y entendidos/as en sus temores y debilidades, con sus alegrías y sus rabias. Tratar de respetarlos/as, como nos gusta que nos respeten a nosotros. Evitar las palabras duras y ofensivas. No decir nunca: "No puedes", "No sabes", "Eres bruto/a". No anticipar opiniones cuando sucede un conflicto. Evitar los insultos o los castigos, porque el sufrimiento que producen deja huellas permanentes en los niños y les limita su capacidad de asumir autónomamente la responsabilidad de la situación originada (B. Bettelheim, 1985).
  5. Ponerse a la altura del niño, física y emocionalmente: Jugar con ellos/as, contarles cuentos e historias, dedicarle un tiempo en el día por muy ocupado que estemos. No utilizar el espacio en común, sólo para corregirlo o reprenderlo. Facilitar los materiales para que sea limpio y ordenado. Recordar ser sistemático cuando enseña hábitos a los niños. Estar seguro de que aquello que le pide al niño es lo apropiado, por su nivel de desarrollo y su madurez. Organizar lo que se le permite y lo que no. Poco a poco, conforme crece, ir ampliando sus deberes y sus derechos. Ser muy prudente en pedirle acciones que sí tiene capacidad de realizar. Evitar frustraciones y conflictos con exigencias muy altas.
  6. Fomentar la autonomía en el niño: Es importante que, conforme el niño crece, vaya adquiriendo autonomía, pero sin perder la perspectiva de los roles de padres o educadores. Es importante tratar de encontrar un equilibrio entre lo que él sugiere y lo que se espera.
  7. Identificar emociones: Está comprobado que las personas consideradas tradicionalmente como las más inteligentes (en términos cognitivos), no son las que alcanzan éxito en la vida, pueden ser muy hábiles en manejo de información, pero son inseguros o pocos sociables y cuando trabajan tiene constantes conflictos con sus compañeros o no se comunican con sus jefes. Goleman innova la educación infantil con el conocimiento de las emociones, postula que al niño se le debe estimular un equilibrio entre la razón y los sentimientos. Como parte de la formación del niño es educar sus emociones, enseñarle a conocerse para que pueda comprenderse; manejar sus sentimientos de ira o felicidad; o motivarse personalmente. Cada uno somos nuestro principal estímulo. Ayudarlo a reconocer las emociones de los demás (no hablar con alguien molesto, escuchar a quien desea desfogarse); manejar las relaciones con los demás en forma amigable. Es importante estimular permanentemente en el niño o niña sentimientos positivos en un clima optimista y animoso, usando colores alegres en la ambientación del aula o en la decoración del dormitorio, mantener una buena iluminación y limpieza, usar música alegre, colocar flores y crear así un espacio agradable. Recordar sonreír permanentemente, no es tan fácil, pero no es imposible y verá que a todos en su hogar le hace bien vivir en felicidad como actitud de vida.

Como Instaurar el Buen Trato


Al momento de instaurar dinámicas de Buen Trato es importante que se considere la edad del niño o la niña y del adolescente, es así que según Montes y Montoya (2003) algunos de los tips para el Buen Trato que si bien están enfocadas a los padres, los docentes pueden considerar algunas de estas indicaciones, las cuales son:

  • Del nacimiento a un año
  • Aprender lo básico: Cómo se carga, como se le da de comer, como se baña. Hay que preguntar, leer o hablar con expertos.
  • Amar al bebé: Esto no se aprende en los libros pero si le se le habla, toca, besa, le sonríe y lo disfruta a cada momento aunque esté intranquilo, le está demostrando su amor. Esto no lo malcría, sólo le da fuerzas para vivir.
  • Aprender a entenderlo: Cada gesto, sonido y movimientos de su cuerpo quieren transmitirle lo que está sintiendo.
  • Nunca usar la fuerza física: Las tensiones de ser padre son reales. Hay que buscar una forma satisfactoria de descargarlas, pero nunca con su bebé.
  • Los primeros pasos
  • Respirar profundo: Para el bebé todo es nuevo e interesante y quiere explorarlo, por eso ataca su casa y sus efectos personales.
  • Preparar la casa para la presencia de los niños: Guardar cualquier cosa delicada o de valor y ponga bajo llave los objetos peligrosos las sustancias venenosas. Estas medidas le permiten estar más tranquilo y no tendrá que decir NO con tanta frecuencia.
  • Las reglas o normas deben ser pocas y claras. Lo básico es asegurar el bienestar del niño o niña. Los buenos modales en la mesa y aprender a usar el baño, pueden esperar.
  • En la edad escolar
  • Demostrar interés: Estar pendiente de las tareas escolares, hablar de lo que sucede en la escuela, invitar a los amigos a la casa y buscar tiempo para hablar con el maestro de vez en cuando.
  • Comunicarse: Hablar con los hijos, pero también escucharlos Asignarles tareas, a los niños les encanta ayudar. Asegurarse de que cada trabajo esté de acuerdo con su capacidad y dele las gracias por su ayuda.
  • En la adolescencia
    • Hay que quererlo y aceptarlo como es, respetar sus diferencias y su modo de ser. Cada adolescente es diferente. Cuando hable de la realidad de la vida el chico/a probablemente dirá "ya lo sé”. Mostrar afecto. Dígale que lo quiere, pero refrene las expresiones físicas delante de los amigos de ellos.

El Buen Trato en la escuela.


Los niños, las niñas e incluso los y las adolescentes son cosificados dentro de las escuelas o colegios porque sus padres o responsables lo permiten y hasta autorizan al maestro/a para que los maltraten.
Esto ocurre porque los padres justifican las acciones diciendo: “Mi hijo o mi hija se lo merece porque es un mal educado, indisciplinado, no hace tareas”, o “péguele no mas”. También es cierto que en muchas escuelas y colegios la enseñanza aún se basa en la amenaza del maltrato. Este comportamiento es preocupante ya que los niños y las niñas pasan la mayor parte de su tiempo en la escuela. La calidad de la relación entre el niño, la niña y el o la adolescente con el maestro/a es vital para el proceso educativo.
Por estos motivos es que la escuela se convierte en un lugar de preferencia para la intervención ya que es posible llegar a poblaciones en riesgo a edades muy tempranas en donde existe una gran variedad y numero de problemáticas psicosociales.
Si hablamos de factores del contexto escolar que inciden en el Buen Trato son: ambiente físico apropiado, actividades variadas y entretenidas, comunicación respetuosa entre los miembros, escucha activa y capacidad para valorarse mutuamente. En este tipo de ambientes clima las personas son sensibles a los problemas del resto y se puede ver la existencia de inteligencia emocional entre quienes componen el equipo o el grupo. De esta forma la convivencia es positiva y agradable, hay un interés en aprender y cooperar, hay confianza y compañerismo.
En los contextos escolares que afectan al Buen Trato se observa: un ambiente cargado de negatividad, insensibilidad a los problemas del resto, invisibilidad de aspectos negativos, interacciones estresantes y se observan conflictos entre los miembros del grupo.
La percepción que los alumnos tienen de la escuela son determinadas por la influencia que de variables familiares. Es así como las actitudes de los estudiantes respecto de la institución escolar podrían relacionarse con aspectos expresivos (valores y actitudes) e instrumentales (percepción del aprendizaje y rendimiento) de la instituciones.
Según Enguita (citada en Arón y Milicic, 2000) existirían cuatro modalidades de vinculación a la escuela basadas en la clasificación de Berstein, estas serian:
  • Adhesión: se produce cuando hay un máximo de identificación entre los objetivos y valores de la familia y escuela. Acá se encuentran los alumnos pro – escuela.
  • Rechazo: se produce cuando los valores de la familia y la escuela son antinómicos. Por lo general se produce un rechazo a los valores de la escuela y se opta por los de la familia. Estos son los alumnos anti – escuela.
  • Acomodación: estos alumnos optan por los valores de la escuela al percibirlos como vehículo para una movilidad social. Esto conduce a actitudes pro – escuela, pero no a una integración grupal.
  • Disociación: este tipo de alumnos tienen una identificación alta con los aspectos expresivos pero no se identifican con los aspectos instrumentales, es decir no perciben a la escuela como una posibilidad de movilidad y estatus social.
A la importancia del contexto escolar se le suma la relevancia de la figura del profesor ya que como los niños pasan la mayor parte del tiempo en el colegio, es evidente la importancia que tienen los profesores dentro de la protección infantil y la promoción y aplicación del buen trato ya que son quienes están insertos en redes que pueden brindar la ayuda oportuna a estos niños.
Sabemos que los docentes enfrentan numerosos retos. Con frecuencia, se da el problema de clases hacinadas y estudiantes indisciplinados. Una opción fácil es recurrir a su autoridad de docente y mantener el orden mediante la amenaza del castigo. Otra es intentar contribuir un entorno aceptable en el aula donde cada estudiante se respeta plenamente aun cuando su comportamiento no sea el apropiado.
En la vida de los jóvenes, los maestros representan poderosos agentes de cambio. El hecho de concentrarse en la formación de jóvenes equilibrados independientemente de la materia impartida, no sólo beneficia a los estudiantes ya que también facilita la tarea de enseñar.
Anteriormente mencionamos aquellos factores que están bajo o fuera de nuestro control. Entre los primeros se cuenta la actitud del docente hacia cada estudiante, incluso, hacia los problemáticos.
Los docentes que actúan en forma tolerante cosecharán beneficios en términos del comportamiento de la clase y la receptividad de sus alumnos.
Es así como el educador ha de crear las condiciones que favorezcan procesos personales y grupales a través de los cuales los individuos adquieran conocimientos, valores, actitudes y conductas que promocionen su salud integral. Esto ha de traducirse en una disminución de las conductas excesivamente directivas y en un traslado del protagonismo a las niñas, los niños y los adolescentes que parte de la confianza en sus capacidades. Implica, por otra parte, el empleo de técnicas activas a través de las cuales se favorezcan aprendizajes por medio de la experiencia de interacción con los demás y con el entorno. Por tanto, el educador ha de conseguir que todas las capacidades de los educandos se pongan en juego, así como crear las condiciones para que se produzcan nuevos aprendizajes.
Sin embargo, en un modelo educativo que contemple la participación infantil y adolescente y cuyo objetivo sea la satisfacción de necesidades con el fin de alcanzar los mayores niveles posibles de desarrollo personal, ninguna de las dos opciones es válida con carácter general. Por el contrario, la labor del educador ha de consistir en aprovechar las inmensas posibilidades que ofrece la vida cotidiana de los grupos y de los centros —naturalmente conflictiva, como todo lo relacionado con la existencia humana— para transmitir una visión constructiva del conflicto, desarrollar los valores de paz, responsabilidad y respeto —entre otros— y potenciar la adquisición de las habilidades cognitivas y conductuales que permitan la resolución asertiva de los conflictos interpersonales.
Los apoderados también son personajes necesarios ya que en la medida que favorece la colaboración entre el contexto educativo y la familia, y aumenta las probabilidades de que los mensajes que los niños, las niñas y los adolescentes reciben, en uno y otro ámbito, sean consistentes. No se puede perder de vista el hecho de que cualquier acción que se lleve a cabo en los contextos educativos será mucho más eficaz si cuenta con el apoyo de la familia, lo cual convierte en objetivo prioritario lograr, al menos, cierto acuerdo con los progenitores respecto a las líneas de intervención que se seleccionen y a las acciones concretas que se lleven a cabo en este marco, ya que como se menciono anteriormente, los prejuicios y opiniones de los padres influyen en el sentimiento de pertenencia y de identificación con el colegio, sentimientos básicos y necesarios para situar al colegio como un lugar de paz y protección para los derechos del niño.
La educación para el desarrollo sostenible tiene múltiples facetas. Una de ellas es la importancia de formar a los jóvenes de manera de predisponerlos a actuar socialmente responsable hoy, y cuando sean adultos. Si bien los padres juegan un papel preponderante en este sentido, los docentes de estudiantes de primaria y secundaria desempeñan la labor igualmente significativa de formar a jóvenes social y emocionalmente saludables. Entregar a los docentes las destrezas para enfrentar la dimensión emocional, es una forma de dotarlos con los medios necesarios para realizar eficientemente esta tarea.
Recordemos que los padres y los maestros son los modelos de comportamiento adulto para la niñez. El maltrato es un recurso de muchos profesores que no tienen buena pedagogía o que descargan sus frustraciones en los niños, las niñas y adolescentes.
Los golpes no pueden seguir estando presentes en las escuelas, tampoco los insultos, las burlas y menos la negación de su derecho al juego para los niños.
Por lo tanto la forma en la que se puede enfrentar y terminar con el maltrato, es especial dentro de los centros educacionales es:
  • Romper la ley del silencio
  • Contar con normas claras y consistentes de convivencia
  • Contar con una mayor presencia, cercanía y compromiso de los adultos
  • Supervisión de adultos, ya sea dentro de la escuela o en la familia
  • Desarrollar entre los miembros de la comunidad educativa, habilidades para resolver conflicto
  • Fomentar la tolerancia, la participación, la organización y la cooperación.
  • Estrechar la relación profesor alumno
  • Adoptar estilos educativos que favorezcan el Buen Trato
  • Mejorar la comunicación entre todos los subsistemas que componen al colegio
  • Involucrar a los padres del proceso educativo

Acciones del Gobierno ante el Buen Trato


Cabe mencionar que el Ministerio de Justicia impulsa, desde 2000, un proceso de Reforma Integral del Sistema de Protección de Derechos y Justicia de Infancia y Adolescencia, la que permitirá la definitiva separación de vías entre el sistema de protección de derechos a los niños y niñas vulnerados en los mismos, del sistema de sanción a los adolescentes que han infringido la ley penal.
En el contexto de dicha reforma, el Ministerio de Justicia ha impulsado los siguientes cambios legislativos a fin de adecuar progresivamente la legislación nacional a la Convención Internacional de los Derechos del Niño:
  • Ley que crea Tribunales de Familia, Nº 19.968.
  • Ley de Subvenciones del SENAME, Nº 20.032.
  • Ley Nº 20.084, que establece un Sistema de Responsabilidad Penal de los Adolescentes por Infracciones a la Ley Penal.
  • Proyecto de Ley de Protección de Derechos de la Infancia y la Adolescencia, que reemplazará a la actual Ley de Menores 16.618.
En tanto, el SENAME se encuentra realizando, desde el año 2000, las siguientes acciones para mejorar sus acciones con niños y niñas en situación de vulneración:
  • Se crearon en el ámbito comunal las Oficinas de Protección de Derechos de la Infancia (OPD).
  • Instituciones de atención a la infancia como la JUNJI e INTEGRA, realizaron políticas instituciones que se enmarcan en la temática del Buen Trato
  • Se ha incrementado la atención en protección de derechos en un 24,8 por ciento, de 49 mil 646 niños(as) a 66 mil 368 niños(as) vigentes, entre el año 2001 y el 2005.
  • Se están reconvirtiendo los hogares masivos en residencias u hogares de tipo familiar.
  • Se aumentó el número de programas para abordar temáticas emergentes como explotación sexual comercial infantil, maltrato físico grave y abuso sexual infantil.

La importancia de considerar las necesidades de los niños


En el mundo actual, la niñez y la adolescencia, son los grupos etáreos menos favorecidos. El irrespeto recurrente de sus derechos impiden su desarrollo integral, desvaloriza su potencial humano y ciudadano, coartando su futura contribución como seres humanos plenos, éticos, respetuosos de los otros, solidarios y participativos.
Cuando consideramos a los niños como sujetos de derechos y deberes y los sacamos de esa visión cosificadora que propone la cultura adultista, es posible cimentar las bases para el establecimiento de relaciones de buen trato. Es así como parte de las competencias parentales es el reconocer las necesidades de los niños y así validarlo como otro que necesita de cuidado y protección.
De todas formas, si bien los padres tienen una gran responsabilidad en el conocimiento de estas necesidades, no podemos responsabilizarlos de la totalidad del resultado del bienestar y desarrollo de los niños ya que también hay fallas en la sociedad que desencadenan procesos ineficaces e ineficientes a la hora de satisfacer estas necesidades.
Si hablamos de necesidades de los niños es posible distinguir: (Barudy y Dantagnan, 2005)
necesidades fisiológicas: dentro de estas están el existir y permanecer vivo y con buena salud, el recibir comida en cantidad y calidad suficientes, el vivir en condiciones adecuadas, el estar protegido de amenazas contra su integridad, el disponer de atención medica y el vivir en un ambiente que permite una actividad física sana. Estas son:
  • Necesidades de lazos afectivos seguros y continuos: esta necesidad está compuesta a su vez por la necesidad de vínculos profundos, sanos y seguros, necesidad de aceptación lo cual se logra a través del amor, ternura y cuidado y la necesidad de ser importante para el otro. Dentro de este punto aparece el desarrollo de un buen autoconcepto y una autoestima positiva constituye un factor fundamental para el bienestar personal y la salud psicológica.
  • Ambos aspectos favorecen el aprendizaje, la creatividad, la autonomía y las relaciones sociales saludables (Alcántara, 1993 en Gil, 1997).Un niño que cuente con una autoestima positiva tiene menos posibilidades de desarrollar y padecer conductas violentas, si crece en un entorno que considere la violencia como algo negativo y la censure. Las habilidades sociales también se relacionan positivamente con el autoconcepto y la autoestima. Así, un niño o niña competente o socialmente hábil es mejor aceptado por los demás —tanto iguales como adultos—. Pero esta relación es recíproca, ya que si un niño o niña tienen una autoestima alta tendrá una mayor facilidad para establecer relaciones sociales, mientras que si su autoestima es negativa es más probable que presente un comportamiento defensivo, sumiso, o agresivo. Además, las habilidades sociales —y en particular las de comunicación y de respuesta asertiva—, ofrecen alternativas concretas al comportamiento violento.
  • Necesidad de valores para poder transmitirlos y crear una sociedad bien tratante.

Autocuidado de los adultos que se relacionan constantemente con los niños y niñas:


Quienes trabajan o cuidan a los niños son víctimas del desgaste, angustia, cansancio, fatiga, frustración que pueden hacer insuficiente cualquier tipo de intento por llevar adecuadamente las actividades del hogar o de la escuela. Por eso que los padres, apoderados y profesores deben darse permiso para descansar con el fin de recargar la energía perdida ya sea a través de la existencia de redes de apoyo con quienes poder desahogarse o con quienes buscar ayuda y consejo.
Si hablamos de Autocuidado de los cuidadores es imposible no considerar el concepto de Burnout, el cual según Freudenberg (1974, citado en Arón y Llanos, 2004) como “un estado de fatiga o frustración que aparece como resultado de la devoción a una causa, a un estilo de vida o a una relación que no produce recompensas esperadas”. Se caracteriza por síntomas como el cansancio, fatiga, lentitud en las labores, síntomas físicos como cefaleas, dolor del estomago, alteración del sueño, problemas en la piel, problemas conductuales como atrasos, ausentismo laboral, perdida de entusiasmo, aislamiento, toxicomanías y problemas psicológicos como irritabilidad, disminución de la autoeficacia, deterioro del autoconcepto, negatividad, culpa, cambios en las creencias religiosas. También existen otros fenómenos como el mobbing o acoso laboral, otros tipos de acosos que también producen un desgate en los cuidadores o trabajadores de lugares relacionados a la educación.
Otro problema que se asocia a este tipo de profesionales es la contaminación temática la cual es entendida como el efecto que tiene sobre las personas en enfrentar temas de alto impacto emocional. Este tipo de impacto es silencioso y acumulativo como si se tratase de otro tipo de contaminación toxica.
También influye en el desgaste de los profesionales la traumatización vicaria la cual se refiere al efecto de reproducir en uno mismo los síntomas o sufrimientos de las victimas de cualquier forma de violencia que se reporte, por lo tanto es posible que se produzca una hipersensibilización del profesional acarreándole problemas de tipo emocional.
Lo mismo ocurre con el equipo en si ya que la victimización también se traslada a este nivel y esto desencadena una hipervigilancia de los problemas dentro del equipo lo que se traduce en daños emocionales y problemas de relación entre los miembros.
Según Milicic (citada en Barraza, 2003) “los padres necesitan estar bien para poder transmitir ternura, aceptación y seguridad a sus hijos”. Es por esto que el trabajo con la familia y la escuela es fundamental para la instauración de dinámicas y contextos de buen trato que fortalezcan a los niños y los ayuden a conseguir un mejor aprendizaje y una mejor calidad de vida.

La Negociacion en el Buen Trato


Se refiere a la capacidad de resolver conflictos de modo que las partes involucradas queden satisfechas. En general, los conflictos se perciben como situaciones problemáticas que se derivan de las dificultades existentes en las relaciones interpersonales. Sin embargo, no son más que una consecuencia lógica de un hecho incuestionable y con un alto valor positivo: la enorme diversidad que existe entre los seres humanos. Por tanto, deben ser entendidos en términos positivos, ya que suponen una oportunidad de crecimiento personal, de profundización y afianzamiento de las relaciones, en definitiva, de progreso social. No obstante, no podemos olvidar que, siempre que un conflicto no se maneje de manera adecuada, aparecen consecuencias negativas. Un buen ejemplo de ello son los comportamientos violentos que surgen cuando una de las partes que entra en conflicto trata de solucionarlo imponiendo, generalmente a la fuerza, su propio punto de vista, generando en la otra persona sentimientos negativos y en última instancia un deterioro de las relaciones interpersonales.
La idea de entender los conflictos desde un punto de vista positivo no puede hacernos obviar el hecho de que suelen generar un cierto grado de estrés y malestar en las personas. Por ello, es necesario el desarrollo de una serie de habilidades que permitan al sujeto enfrentarse de manera constructiva a la resolución de conflictos, lo que sin lugar a dudas contribuirá a disminuir la aparición de sentimientos negativos. Junto a estas habilidades es necesario tomar conciencia de que son las personas implicadas en los conflictos quienes han de asumir la responsabilidad de su resolución. Las ventajas que se derivan de manejar adecuadamente los conflictos sólo se producen si los protagonistas participan activamente en su resolución —es precisamente el proceso de construcción personal que se produce mediante la participación activa el que contribuye a que el sujeto vaya consiguiendo mayores niveles de autonomía—. Todo ello hace que hayamos calificado esta línea de intervención como asertiva y participativa.
  • Asertiva, porque utiliza estrategias no violentas y constructivas para defender los propios intereses y derechos, respetando los de los demás y teniendo como objetivo prioritario la mejora de las relaciones interpersonales.
  • Participativa, porque queremos resaltar el hecho de que es esencial que las personas tomen un papel activo en la resolución de los conflictos que les afectan.

Estilos de Crianza y Estilos Educativos


Los estilos de crianza son eficaces para el bienestar de los niños, sin embargo, es importante destacar que existen estilos de crianza que no favorecen el desarrollo integral de los niños. La forma de aprender el cómo criar a los hijos depende de lo vivido en la familia de origen, es por eso que cuando existe un mal modelo familiar es probable que se copien modelos negativos de crianza. Esto es lo que sucede con quienes son víctimas de maltrato ya que como fue maltratado no sabe cómo tratar bien a sus hijos.
Para lograr una crianza adecuada es fundamental que las familias creen condiciones donde se pueda establecer una relación cercana con los niños, estar atento a sus necesidades, practicando una buena comunicación y entregando espacios para la expresión de las emociones. También es importante actuar de una forma coherente entre lo verbal y el comportamiento.
Según la literatura revisada, es posible encontrar cuatro estilos educativos distintos que se diferencian en relación a las siguientes dimensiones: grado del afecto y la aceptación demostrada por parte de los adultos, el nivel de exigencia, el grado de control de la conducta infantil, el nivel de comunicación y la sensibilidad o empatía que manifiestan los adultos hacia las necesidades infantiles y adolescentes. De la combinación de las diferentes puntuaciones obtenidas en estas cinco dimensiones surgen los cuatro estilos educativos que se presentan a continuación.
Es importante señalar según Espinosa, et. al, que ninguno de ellos se presenta, en la realidad, de forma pura sino más bien como tendencias generales del comportamiento parental y educacional, hacia los niños y niñas.
  1. Estilo autoritario Se caracteriza por altos niveles de exigencia y de control de la conducta infantil y bajos demostraciones de cariño, aceptación y comunicación. Los progenitores y educadores autoritarios manifiestan poca empatía y sensibilidad hacia las necesidades infantiles y adolescentes.
  2. Estilo permisivo Combina altos niveles de aceptación y cariño con bajos niveles de exigencia y control de la conducta. Los progenitores y educadores permisivos se muestran muy sensibles hacia las necesidades infantiles y adolescentes.
  3. Estilo negligente Se caracteriza por la falta de atención y la ausencia de respuestas por parte de los adultos. El control de la conducta puede no existir o, por el contrario, resultar excesivo —aunque sin ninguna justificación—. Por tanto, los progenitores y educadores negligentes no muestran ninguna sensibilidad hacia las necesidades infantiles y adolescentes.
  4. Estilo inductivo democrático Mantiene altos niveles tanto de demostración de cariño, aceptación apoyo y comunicación. El nivel de exigencia se adecua a las capacidades infantiles y adolescentes y se controla la conducta mediante métodos de disciplina inductiva —en los que se recurre, básicamente, al razonamiento y a la negociación—. Los progenitores y educadores en los que predomina un estilo inductivo de apoyo o democrático están muy sensibilizados hacia las necesidades infantiles y adolescentes.
El interés en los estilos educativos reside, básicamente, en el hecho de que parece estar demostrado que dichos estilos tienen una clara influencia sobre el desarrollo de determinadas capacidades, valores y actitudes en la infancia y la adolescencia, que suelen seguir presentes en etapas posteriores del desarrollo. Así por ejemplo, las niñas, niños y adolescentes cuyos padres o educadores mantienen un estilo educativo autoritario tienen una baja autoestima y muchas dificultades para controlar su conducta. Además tienden a buscar gratificaciones de forma inmediata y cuando la figura de autoridad no está presente pueden manifestar reacciones impulsivas y agresivas.
En el otro extremo aquellos niños cuyos padres o educadores utilizan un estilo educativo permisivo son muy vulnerables ante la influencia de los iguales, tienen dificultades para controlar sus impulsos, ser constantes en la realización de tareas y aplazar las gratificaciones. Sin embargo suelen ser vitales, creativos y con una alta autoestima.
Los efectos más nocivos parecen ser los que manifiesta el estilo educativo negligente, ya que los sujetos que han estado sometidos a él muestran una mayor tendencia a presentar conflictos y problemas cuando interactúan con iguales, así como bajos niveles de autoestima y control de su propia conducta.

El Apego en el Buen Trato


Según Bowlby en su Teoría desde que nacemos, establecemos nuestras primeras relaciones con personas significativas y como esta forma de relacionarnos influirá en nuestra personalidad y en la forma en que estableceremos relaciones con las demás personas. Este sistema de apego está compuesto por conductas y emociones que logran mantener a los niños en cercanía física de sus cuidadores.
La conducta de apego puede observarse durante toda la vida, sobretodo en situaciones de emergencias y en diferentes circunstancias la conducta de apego puede ser manifestada hacia una diversidad de individuos. Los tipos de apegos son apego seguro, apego inseguro ya sea de tipo ansioso ambivalente, apego evitativo hostil o desorganizado. Estos tipos de apoyo se configuran según la relación que se establece con las figuras parentales o con los cuidadores y dependen de la permanencia y seguridad que le brinda al niño este figura. Según esto las personas configuran la forma en cómo se relaciona con las demás personas.
Según Barudy al tratarse en específico de un problema vincular con las madres es posible encontrar características de estas que entorpecen esta relación madre – hijo, por ejemplo: la depresión, enfermedades mentales, toxicomanías y traumatismos. De estas características se desprenden dos grupos de madres: 1) las carenciadas, pasivas e indolentes quienes propician una relación de apego ambivalente y 2) las madres carenciadas activo – impulsiva con quienes se establece una relación de apego evitativo
El buen trato va de la mano con el apego seguro ya que quienes presentan este tipo de apego suelen ser más seguros de si mismos, más cálidos, más estables, positivos sociales y empáticos. Mientras que el mal trato se relaciones con los otros tipos de apego ya que las personas tienen a presentar problemas al momento de establecer vínculos.

El rol de los adultos:


La forma en cómo los adultos se relacionan con los niños es un determinante para ellos ya que se ejerce influencia en la imagen de estos, en su forma de comportarse, en la forma de hablar y en muchos otros aspectos.
La mayor parte de los aprendizajes se realizan en la familia y es la base para lograr una integración social óptima. Es acá donde el niño aprende a atender sus necesidades básicas, adquiere reglas de comportamiento, aprende las implicancias de los roles sociales y familiares.
Cuando los padres presentan capacidades de Parentalidad sana, tales como, la atención de las necesidades de las niñas, la capacidad de brindarles preocupación y educación, es cuando se habla de relaciones bientratantes dentro del sistema social.
Con el tiempo viene la integración escolar la cual le ofrece una nueva instancia de aprendizaje de habilidades, de información y de conductas sociales.
De esta forma gracias a la escuela se enfrenta a un escenario en donde ejercita el contacto social con otros adultos, con otros niños y con otros objetos. Es en este momento cuando surge la figura del profesor ya que “el rol del profesor es fundamental, porque influye en la formación de la personalidad de sus alumnos y alumnas, a través de la interacción diaria con ellos”. (Barraza, 2003) Sin embargo no todos los profesores pueden brindar ambientes de aprendizajes eficaces.

La Resiliencia y el Buen Trato


Cuando hablamos de este tema es posible encontrar cuatro definiciones aun mas precisas del concepto.
La primera es de Goodyer (1995, op. Cit.) que dice lo siguiente: en general se admite que hay resiliencia cuando un niño muestra reacciones moderadas aceptables si el ambiente le somete a estímulos considerados nocivos”. La segunda definición es de Ruter (1993, op. Cit.) Quien plantea que “ es un fenómeno que manifiestan los sujetos jóvenes que evolucionen favorablemente, aunque hayan experimentado una forma de estrés que se estima que implica un grave riesgo de consecuencias desfavorables”. Vanistendael (2000, op.cit.) es quien propone una tercera definición la cual indica que “la resiliencia es la capacidad de tener éxito de de modo aceptable para la sociedad, a pesar de un estrés o una adversidad que implican normalmente un grave riesgo de resultados negativos” y por ultimo Manciaux, et. al (2003, op. Cit.)
En resumen la resiliencia Se refiere a la capacidad para salir adelante de los problemas a pesar de las dificultades que agravan el problema. Se trata de una capacidad universal y permite a las personas sobreponerse a los afectos perjudiciales a los que nos exponemos en un ambiente adverso.
El hecho más determinante para la resiliencia infantil es la aceptación incondicional del niño como persona mostrando interés, amor y el presentarse como figura estable y contenedora a quien el niño pueda acudir ante algún problema, alguien a quien se sienta apegado. Muchas veces otras personas externas a la familia pueden lograr estos sentimientos de aceptación en el niño o niña.
Es posible también que esta capacidad se desarrolle sola, sin embargo, existen estudios que señalan que la resiliencia “es una capacidad que va formándose junto con el desarrollo evolutivo de las personas, abarcando casi todos los momentos de la vida cotidiana”. (Barraza, 2003)
Dentro de las formas con las que se puede fomentar la resiliencia en los niños y jóvenes esta el estimular a los niños generando situaciones de aceptación; también es importante aceptar la particularidad del temperamento de los niños permitiéndole enfrentar desafíos, motivando intereses y actividades gratificantes que fortalezcan la autoestima; otra forma es el contar con redes de apoyo externas, es acá donde figura la escuela como escenario primordial para este tipo redes ya que son los profesores en ocasiones quienes realizan el refuerzo hacia los niños, entregan afecto, valores y educan para la vida.
Según Barudy y Dantagnan (2005), existen estudios que posibilitan distinguir factores que distinguen a los niños resilientes, estos serian:
  • Acercamiento activo, evocador del problema a resolver que permite negociar una serie de experiencias emocionalmente arriesgadas
  • Habilidad en la infancia para ganar atención positiva de los otros
  • Visión optimista de las experiencias
  • Habilidad de mantener una visión positiva de una vida significativa
  • Habilidad de estar alerta y ser autónomo
  • Tendencia a buscar nuevas experiencias
  • Tener una perspectiva proactiva
  • Autoconcepto positivo


Un modelo que explica el Buen Trato


Al momento de explicar las dinámicas de buen trato, el modelo que surge es el Ecológico de Bronfenbrenner (Barudy & Dantagnan, 2005) el cual permite considerar múltiples niveles que expliquen una buena interacción entre los diversos sistemas que nutren, protegen, socializan y educan a los niños y niñas. Los sistemas son los siguientes:
El Ontosistema el cual se refiere a las variables y procesos psicológicos individuales propios del niño o de la niña. Dentro de este sistema es necesario considerar variables como el temperamento del niño o niña, el cual puede ser “agradable”, “reservado” o “difícil”.
El microsistema, el cual se refiere a las redes sociales primarias más próximas como la familia. La efectividad de este sistema se relaciona con la resiliencia que puede adquirir el niño o niña. Por eso es que es necesario al menos la presencia de uno de los progenitores que pueda asegurar una Parentalidad responsable.
El exosisistema, el cual se refiere a la comunidad y a las instituciones que median entre el sistema cultural, la familia y los individuos. Muchos de estos sistemas pueden jugar un papel importante en la generación y mantención de sistemas bientratantes ya que estos subsistemas pueden suplir la carencia de cuidados paternos ofreciéndoles a los niños y niñas un apoyo social que le brinde protección psicológica. Es acá donde emerge con gran relevancia la escuela por múltiples motivos: uno de ellos es porque es una instancia de socialización, otro porque es un contexto que ya cuenta con otras redes de apoyo y la más importante, es porque es ahí donde surge la figura del profesor como un tercero significativo que en ocasiones se vuelve una imagen compensadora de las irresponsabilidades parentales. (Barudy y Dartagnan, 2005)
El macrosistema, el cual se refiere a los sistemas de creencias y valores del contexto cultural. Según Barudy y Dartagnan (2005), debido a la importancia de la cultura predominante es posible que se adopten modelos que sean a favor o en contra del buen trato, sin embargo es imposible negar esa influencia en los estilos de crianza de los niños. Es así como lamentablemente se debe reconocer que bajo el alero de la cultura adultista no propiciamos el establecimiento de relaciones de buen trato, y es ahí donde surge el desafío de sensibilizar a esta sociedad, en especial los colegios de la importancia del buen trato, para que ese círculo vicioso de patrones transgeneracionales deje de heredarse sin una previa evaluación antes de adquirirlos.

El Buen Trato


Cuando un niño es bien tratado en su hogar, en la escuela o en otros contextos donde interacciona, muestran una actitud y una conducta muy diferente de aquellos que no corren con esta ventaja. El buen-trato, se contagia. A su vez, esos niños trasladan a otros de su grupo la misma forma de tratamiento social.
El buen-trato, el respeto, la solidaridad, en conjunto con otros valores, se aprende como un modo de “ser”. Cuando un niño internaliza ciertos valores humanitarios, es menos probable que se produzca un desorden en su desarrollo neuroquímico. (Barudy & Dantagnan, 2005)
Un niño que experimenta ser bien-tratado tiene menos probabilidad de desencadenar una elevada respuesta al estrés y por ende, estar menos a la defensiva, como sucede con niños con desordenes de conducta.
Un niño bien-tratado creará una estructura cognitiva de acuerdo al marco referencial que fue desarrollando. De esta manera, un niño que vive en el respeto hacia los otros y hacia sí mismo, que sabe que hay una ley o norma que deberá ser cumplida; que aprende que hay cosas por las cuales tendrá que esmerarse, dar lo mejor de sí; que sabe que hay tiempos, que tiene que aprender a esperar, pues hay un tiempo para cada etapa de la vida, no tenderá a decodificar de otras personas, un gesto, mirada o un tono de voz como amenazante. (Barudy & Dantagnan, 2005)
Un niño que no corre con estas ventajas, tal vez tenga necesidad de mostrarse, rebelde o violento, introvertido o sumiso a modo de defenderse de algo que le resulta peligroso psicológicamente.
Tanto en un caso como en el otro se irán instalando condicionante con los cuales establecerá un circuito de conducta particular. Esa forma particular formarán un modo de ser, de percibir la realidad y responder hacia ella de una manera muy singular. De una manera u otra, tenderá a conducirse de la misma manera que ha sido tratado.
Todo esto se podría traducir en alfabetización emocional y dependerá de los adultos que pueda desarrollarla.
El buen trato es un tema que tiene incidencia en diversos contextos ya sea, en la política, en la salud, la educación, etc. Pero en el caso de la educación es abordado a través los contenidos fundamentales transversales incluyendo en el proceso de enseñanza – aprendizaje conceptos como el respeto, los derechos humanos, el desarrollo personal y el compromiso social entre otros. (Magendzo, et. al., en Gallardo, P. et. al, 2004)
En ocasiones se producen malos tratos por descuidos, por ignorancia o equivocación y es cuando se utiliza la violencia como forma de corregir y educar. Sin embargo, es necesario salir de la visión del enfoque negativo del Mal Trato y situarse en un enfoque positivo del Buen Trato que permite situarse en los factores protectores y mirar hacia una prevención y promoción de una forma más eficaz, efectiva y eficiente.
El definir el Buen Trato no es una tarea fácil ya que según Iglesias (2001) “es algo que se siente y no necesariamente algo que se pone en palabras”. Dentro de las posibles definiciones se encuentra que el Buen Trato es “la ausencia de acciones o situaciones maltratantes”. Este concepto se define en las relaciones con el otro y se refiere a interacciones que promueven un sentimiento mutuo de reconocimiento y valoración, las cuales parten de la capacidad de reconocer que existe un yo y también que existe otro, ambos con necesidades diferentes que se tienen en cuenta y se respetan. (Iglesias, 2001)
Los orígenes del buen trato según Maturana y Varela, (1984, citado en Barudy y Dantagnan, 2005) se remontan hacia los inicios de nuestra naturaleza como animales sociales, en donde aun es posible ver comportamientos compartidos con animales que se agrupan en manadas ya que esa asociación entre sujetos tiene una finalidad de organización y protección ante la amenaza de un externo. Es por eso que en la actualidad, cuando la vida familiar y en comunidad se basa en dinámicas de buenos tratos y de cuidados mutuos en donde sus miembros gozan de un ambiente afectivo nutritivo, reconfortante y protector. Es por eso que el cuidado mutuo y los buenos tratos son una tarea humana de vital importancia que moldea y determina la personalidad, el carácter y la salud.