martes, 10 de noviembre de 2009

La Negociacion en el Buen Trato


Se refiere a la capacidad de resolver conflictos de modo que las partes involucradas queden satisfechas. En general, los conflictos se perciben como situaciones problemáticas que se derivan de las dificultades existentes en las relaciones interpersonales. Sin embargo, no son más que una consecuencia lógica de un hecho incuestionable y con un alto valor positivo: la enorme diversidad que existe entre los seres humanos. Por tanto, deben ser entendidos en términos positivos, ya que suponen una oportunidad de crecimiento personal, de profundización y afianzamiento de las relaciones, en definitiva, de progreso social. No obstante, no podemos olvidar que, siempre que un conflicto no se maneje de manera adecuada, aparecen consecuencias negativas. Un buen ejemplo de ello son los comportamientos violentos que surgen cuando una de las partes que entra en conflicto trata de solucionarlo imponiendo, generalmente a la fuerza, su propio punto de vista, generando en la otra persona sentimientos negativos y en última instancia un deterioro de las relaciones interpersonales.
La idea de entender los conflictos desde un punto de vista positivo no puede hacernos obviar el hecho de que suelen generar un cierto grado de estrés y malestar en las personas. Por ello, es necesario el desarrollo de una serie de habilidades que permitan al sujeto enfrentarse de manera constructiva a la resolución de conflictos, lo que sin lugar a dudas contribuirá a disminuir la aparición de sentimientos negativos. Junto a estas habilidades es necesario tomar conciencia de que son las personas implicadas en los conflictos quienes han de asumir la responsabilidad de su resolución. Las ventajas que se derivan de manejar adecuadamente los conflictos sólo se producen si los protagonistas participan activamente en su resolución —es precisamente el proceso de construcción personal que se produce mediante la participación activa el que contribuye a que el sujeto vaya consiguiendo mayores niveles de autonomía—. Todo ello hace que hayamos calificado esta línea de intervención como asertiva y participativa.
  • Asertiva, porque utiliza estrategias no violentas y constructivas para defender los propios intereses y derechos, respetando los de los demás y teniendo como objetivo prioritario la mejora de las relaciones interpersonales.
  • Participativa, porque queremos resaltar el hecho de que es esencial que las personas tomen un papel activo en la resolución de los conflictos que les afectan.