martes, 10 de noviembre de 2009

Estilos de Crianza y Estilos Educativos


Los estilos de crianza son eficaces para el bienestar de los niños, sin embargo, es importante destacar que existen estilos de crianza que no favorecen el desarrollo integral de los niños. La forma de aprender el cómo criar a los hijos depende de lo vivido en la familia de origen, es por eso que cuando existe un mal modelo familiar es probable que se copien modelos negativos de crianza. Esto es lo que sucede con quienes son víctimas de maltrato ya que como fue maltratado no sabe cómo tratar bien a sus hijos.
Para lograr una crianza adecuada es fundamental que las familias creen condiciones donde se pueda establecer una relación cercana con los niños, estar atento a sus necesidades, practicando una buena comunicación y entregando espacios para la expresión de las emociones. También es importante actuar de una forma coherente entre lo verbal y el comportamiento.
Según la literatura revisada, es posible encontrar cuatro estilos educativos distintos que se diferencian en relación a las siguientes dimensiones: grado del afecto y la aceptación demostrada por parte de los adultos, el nivel de exigencia, el grado de control de la conducta infantil, el nivel de comunicación y la sensibilidad o empatía que manifiestan los adultos hacia las necesidades infantiles y adolescentes. De la combinación de las diferentes puntuaciones obtenidas en estas cinco dimensiones surgen los cuatro estilos educativos que se presentan a continuación.
Es importante señalar según Espinosa, et. al, que ninguno de ellos se presenta, en la realidad, de forma pura sino más bien como tendencias generales del comportamiento parental y educacional, hacia los niños y niñas.
  1. Estilo autoritario Se caracteriza por altos niveles de exigencia y de control de la conducta infantil y bajos demostraciones de cariño, aceptación y comunicación. Los progenitores y educadores autoritarios manifiestan poca empatía y sensibilidad hacia las necesidades infantiles y adolescentes.
  2. Estilo permisivo Combina altos niveles de aceptación y cariño con bajos niveles de exigencia y control de la conducta. Los progenitores y educadores permisivos se muestran muy sensibles hacia las necesidades infantiles y adolescentes.
  3. Estilo negligente Se caracteriza por la falta de atención y la ausencia de respuestas por parte de los adultos. El control de la conducta puede no existir o, por el contrario, resultar excesivo —aunque sin ninguna justificación—. Por tanto, los progenitores y educadores negligentes no muestran ninguna sensibilidad hacia las necesidades infantiles y adolescentes.
  4. Estilo inductivo democrático Mantiene altos niveles tanto de demostración de cariño, aceptación apoyo y comunicación. El nivel de exigencia se adecua a las capacidades infantiles y adolescentes y se controla la conducta mediante métodos de disciplina inductiva —en los que se recurre, básicamente, al razonamiento y a la negociación—. Los progenitores y educadores en los que predomina un estilo inductivo de apoyo o democrático están muy sensibilizados hacia las necesidades infantiles y adolescentes.
El interés en los estilos educativos reside, básicamente, en el hecho de que parece estar demostrado que dichos estilos tienen una clara influencia sobre el desarrollo de determinadas capacidades, valores y actitudes en la infancia y la adolescencia, que suelen seguir presentes en etapas posteriores del desarrollo. Así por ejemplo, las niñas, niños y adolescentes cuyos padres o educadores mantienen un estilo educativo autoritario tienen una baja autoestima y muchas dificultades para controlar su conducta. Además tienden a buscar gratificaciones de forma inmediata y cuando la figura de autoridad no está presente pueden manifestar reacciones impulsivas y agresivas.
En el otro extremo aquellos niños cuyos padres o educadores utilizan un estilo educativo permisivo son muy vulnerables ante la influencia de los iguales, tienen dificultades para controlar sus impulsos, ser constantes en la realización de tareas y aplazar las gratificaciones. Sin embargo suelen ser vitales, creativos y con una alta autoestima.
Los efectos más nocivos parecen ser los que manifiesta el estilo educativo negligente, ya que los sujetos que han estado sometidos a él muestran una mayor tendencia a presentar conflictos y problemas cuando interactúan con iguales, así como bajos niveles de autoestima y control de su propia conducta.