martes, 10 de noviembre de 2009

La Resiliencia y el Buen Trato


Cuando hablamos de este tema es posible encontrar cuatro definiciones aun mas precisas del concepto.
La primera es de Goodyer (1995, op. Cit.) que dice lo siguiente: en general se admite que hay resiliencia cuando un niño muestra reacciones moderadas aceptables si el ambiente le somete a estímulos considerados nocivos”. La segunda definición es de Ruter (1993, op. Cit.) Quien plantea que “ es un fenómeno que manifiestan los sujetos jóvenes que evolucionen favorablemente, aunque hayan experimentado una forma de estrés que se estima que implica un grave riesgo de consecuencias desfavorables”. Vanistendael (2000, op.cit.) es quien propone una tercera definición la cual indica que “la resiliencia es la capacidad de tener éxito de de modo aceptable para la sociedad, a pesar de un estrés o una adversidad que implican normalmente un grave riesgo de resultados negativos” y por ultimo Manciaux, et. al (2003, op. Cit.)
En resumen la resiliencia Se refiere a la capacidad para salir adelante de los problemas a pesar de las dificultades que agravan el problema. Se trata de una capacidad universal y permite a las personas sobreponerse a los afectos perjudiciales a los que nos exponemos en un ambiente adverso.
El hecho más determinante para la resiliencia infantil es la aceptación incondicional del niño como persona mostrando interés, amor y el presentarse como figura estable y contenedora a quien el niño pueda acudir ante algún problema, alguien a quien se sienta apegado. Muchas veces otras personas externas a la familia pueden lograr estos sentimientos de aceptación en el niño o niña.
Es posible también que esta capacidad se desarrolle sola, sin embargo, existen estudios que señalan que la resiliencia “es una capacidad que va formándose junto con el desarrollo evolutivo de las personas, abarcando casi todos los momentos de la vida cotidiana”. (Barraza, 2003)
Dentro de las formas con las que se puede fomentar la resiliencia en los niños y jóvenes esta el estimular a los niños generando situaciones de aceptación; también es importante aceptar la particularidad del temperamento de los niños permitiéndole enfrentar desafíos, motivando intereses y actividades gratificantes que fortalezcan la autoestima; otra forma es el contar con redes de apoyo externas, es acá donde figura la escuela como escenario primordial para este tipo redes ya que son los profesores en ocasiones quienes realizan el refuerzo hacia los niños, entregan afecto, valores y educan para la vida.
Según Barudy y Dantagnan (2005), existen estudios que posibilitan distinguir factores que distinguen a los niños resilientes, estos serian:
  • Acercamiento activo, evocador del problema a resolver que permite negociar una serie de experiencias emocionalmente arriesgadas
  • Habilidad en la infancia para ganar atención positiva de los otros
  • Visión optimista de las experiencias
  • Habilidad de mantener una visión positiva de una vida significativa
  • Habilidad de estar alerta y ser autónomo
  • Tendencia a buscar nuevas experiencias
  • Tener una perspectiva proactiva
  • Autoconcepto positivo