martes, 10 de noviembre de 2009

Un modelo que explica el Buen Trato


Al momento de explicar las dinámicas de buen trato, el modelo que surge es el Ecológico de Bronfenbrenner (Barudy & Dantagnan, 2005) el cual permite considerar múltiples niveles que expliquen una buena interacción entre los diversos sistemas que nutren, protegen, socializan y educan a los niños y niñas. Los sistemas son los siguientes:
El Ontosistema el cual se refiere a las variables y procesos psicológicos individuales propios del niño o de la niña. Dentro de este sistema es necesario considerar variables como el temperamento del niño o niña, el cual puede ser “agradable”, “reservado” o “difícil”.
El microsistema, el cual se refiere a las redes sociales primarias más próximas como la familia. La efectividad de este sistema se relaciona con la resiliencia que puede adquirir el niño o niña. Por eso es que es necesario al menos la presencia de uno de los progenitores que pueda asegurar una Parentalidad responsable.
El exosisistema, el cual se refiere a la comunidad y a las instituciones que median entre el sistema cultural, la familia y los individuos. Muchos de estos sistemas pueden jugar un papel importante en la generación y mantención de sistemas bientratantes ya que estos subsistemas pueden suplir la carencia de cuidados paternos ofreciéndoles a los niños y niñas un apoyo social que le brinde protección psicológica. Es acá donde emerge con gran relevancia la escuela por múltiples motivos: uno de ellos es porque es una instancia de socialización, otro porque es un contexto que ya cuenta con otras redes de apoyo y la más importante, es porque es ahí donde surge la figura del profesor como un tercero significativo que en ocasiones se vuelve una imagen compensadora de las irresponsabilidades parentales. (Barudy y Dartagnan, 2005)
El macrosistema, el cual se refiere a los sistemas de creencias y valores del contexto cultural. Según Barudy y Dartagnan (2005), debido a la importancia de la cultura predominante es posible que se adopten modelos que sean a favor o en contra del buen trato, sin embargo es imposible negar esa influencia en los estilos de crianza de los niños. Es así como lamentablemente se debe reconocer que bajo el alero de la cultura adultista no propiciamos el establecimiento de relaciones de buen trato, y es ahí donde surge el desafío de sensibilizar a esta sociedad, en especial los colegios de la importancia del buen trato, para que ese círculo vicioso de patrones transgeneracionales deje de heredarse sin una previa evaluación antes de adquirirlos.